José Clemente Orozco "American civilization"
Por José Ramón Narváez H.
Se debate en los últimos días - y creo que desde hace tiempo- si los mexicanos somos una raza condenada a cargar con su pasado. La cultura toda, nuestra música, suena a guitarras que lloran. La canción popular mexicana siempre recurre a la figura retórica de la memoria que nos atormenta, pero nos gusta, quizá sea nuestro espíritu masoquista. Por otro lado, también se dice que olvidamos rápido, nuestro castigo es la impunidad, la injusticia prevalece y México es el país del "no pasa nada", así que cuando hay un atisbo de historia que apela a nuestro ser melancólico, entonces nos unimos, entonces lloramos juntos, mejor si es al calor de unos tragos, eso somos, o eso han querido que seamos, yo prefiero lo primero. Lo que no podemos hacer es negarlo, porque eso sólo nos producirá resentimiento, y en el peor de los casos esquizofrenia.
Estuve seriamente pensando el porqué de la efervescencia del tema "Juan Gabriel" esta es mi conclusión: nos caló hondo porque nos re-presenta, para algunos esto es molesto y retrograda, para otros, como yo, es parte de una manera de ser, si entonces es una forma de existencia, y es sobre todo social y cultural, es posible hablar de un derecho, es más, dentro del contexto de las nuevas masculinidades, debemos decir que los machos lloramos y los machos mexicanos lloramos mucho, algo nos pesa, algo nos duele, intuimos que es nuestro pasado, y entonces cantamos "ya lo pasado pasado" lo cierto es que como no cerramos ciclos -nuestro caso de justicia más emblemático llamado Rosendo Radilla sigue abierto, ya ni decir de la guerra sucia- como no hacemos cuentas, ese pasado vuelve en forma de verdugo y entonces vemos "la vida con dolor" aún a pesar de hacer tenido momentos de felicidad, y hay quien cínicamente dice que deberíamos ver sólo lo bueno. Volvemos a "perder" personas y sólo nos resta decir "se me olvido otra vez" el Estado nos ha lacerado, ha hecho con nosotros lo que ha querido "¿porqué me haces llorar" le preguntamos sin darnos cuenta que para eso está hecho. "El tiempo pasa y es muy cruel amigo" generaciones van, generaciones vienen y nos nos atrevemos a darnos cuenta que sólo nosotros tenemos el poder de cambiar las cosas ¿cómo? enamorándonos del ideal correcto para poderle decir a ese sistema necrótico "perdona si te digo adiós...soy honesto contigo yo te ayudo a olvidar el pasado". Lloremos por ahora porque es nuestro derecho pero mañana tendremos que conformar una memoria porque eso es derecho pero también obligación.
Juan Gabriel nos duele porque a pesar de sufrir abandono, marginación, discriminación e incluso una falsa acusación que lo llevó a la cárcel; salió adelante, triunfó y amó a México; eso parece una empresa imposible, en un país que se esfuerza por mostrarnos nuestro lugar en la sociedad, que nos expolia y ningunea. Juan Gabriel sufrió un derecho que se descarga sobre el pobre, sobre el marginado, sobre el diferente, y aún así le cantó al amor "yo seguiré tratando de ser mejor" de cumplir con mi palabra, de ser honesto, de ser mejor persona y profesionista ¿cómo puede considerase negativamente un mensaje de ese calado? bien por él y ¡qué bueno que pueda ser un ejemplo de mexicano! un icono y un baluarte de la lucha que sólo se logra con pasión y excelencia.
Escena de la película "Es mi Vida" (1980, Gonzalo Martínez Ortega)
Juan Gabriel le canta a otros presos...
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