martes, 6 de julio de 2010

¿Publicar en la academia es prostituirse?




Queridos amigos. Espero se encuentren muy bien.

Les envío un texto de Bruno S. Frey que me gustó mucho que analiza un problema muy concreto del mundo académico: cómo los académicos ceden a las exigencias de los pares anónimos para poder publicar en la revista. Se analiza pues cómo ese acto de ceder implica, en varios casos, una conducta que puede asemejarse a la prostitución y que conlleva a una pérdida de originalidad y capacidad transformativa de la ciencia.

Propone algo muy interesante, que sea el editor de la revista el que determine qué se publica y qué no, siendo los pares asesores o consultores del autor, quien queda libre de hacer o no los cambios señalados. Afirma, además, que no deben existir barreras "censoras" en las revistas científicas.

Creo, no obstante, que podríamos seguir con el mismo problema al que él alude, ya no con los pares sino con los editores de las Revistas. Igualmente, el tema va más allá de pares anónimos que le tienen miedo a la originalidad de los escritos que evalúan. No podemos olvidar que existen también "círculos" que incluyen y excluyen en muchos ámbitos académicos, entre ellos la publicación. Pero el gran valor del artículo es que invita a la reflexión sobre el valor académico del par y su "herencia" global. ¿Qué tipo de ciencia se está promoviendo por medio de este sistema?

En fin, se trata de un texto para reflexionar.

Ir al artículo

Me permito también sugerirles el informe de la UNESCO sobre las Ciencias Sociales y Humanas en el Mundo, 2010. El título lo dice todo: "el conocimiento divide". Creo que es importante estudiarlo, en especial el tema de la disciplina científico-jurídica. Informe Mundial sobre las Ciencias Sociales de 2010 (UNESCO)

Saludos,
Andrés Botero Bernal

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