martes, 25 de mayo de 2010

La Presencia Militar y el Estado de Derecho en Mexico


Entendiendo que la acción del narcotráfico nos ha elevado el riesgo-país, ya que el tamaño de los sicarios en los carteles parecería que supera la presencia de los militares fuera de los cuarteles, pareciera también que el indicador de muertos va en aumento y estos muertos están causando ingobernabilidad, lo que justificaría la presencia del ejército en nuestras ciudades, sin embargo, la fuerza del Estado tiene que ser integra y de largo plazo, ya que no es posible que con más de 2,000 cuerpos de seguridad pública civil en 2010 no hayan podido cumplir con la tarea de brindarnos un Estado de Derecho en México.

La militarización de la seguridad pública tiene tantos riesgos ya que se pone en evidencia la debilidad estructural e institucional del régimen democrático mexicano y se cuestiona la incompetencia y la impotencia de las policías y la consecuente pulverización de las políticas de seguridad y derechos humanos. Por lo que el Estado Mexicano esta dejando de hacer su verdadera labor de presentar propuestas de políticas específicas, integradas y transversales en materia de seguridad.

La Seguridad sin Justicia no sirve para nada y con la política de seguridad actual estamos vulnerando fuertemente a la Democracia y a los Derechos Humanos y estamos además evidenciando al Sistema Judicial Mexicano que está atravesado por patrones de corrupción y discriminación aún más arraigados a nuestra ideosincracia que la misma Ley Arizona.

La pregunta es qué podemos hacer nosotros como individuos para contribuir a las condiciones generales de seguridad que el país necesita en momentos de convulsión social, aunque haya medios oficiales que hayan preferido callar, como lo ha demostrado la empresa Televisa ante los ataques sufridos en sus instalaciones en Monterrey y Nayarit, y recientemente han manejado la desaparición del abogado Diego Fernández de Cevallos en Querétaro.

En definitiva al relacionarnos en sociedad con individuos con los que probablemente interactuamos a diario transmitimos no nada más el reflejo de nuestra forma de pensar al hablar, al caminar, al actuar o al vestirnos de determinada manera, sino que tenemos la oportunidad de generar un ambiente armónico, sano y de pleno goce de nuestras garantias y derechos humanos, en la medida en que volvamos a recuperar el Estado de Derecho en México y respertar la Ley, hasta entonces habra entre nosotros la confianza necesaria para ir recuperando la paz social en nuestros barrios y colonias, que tanta falta nos hace en un Mexico cada vez mas convulsionado por una guerra entre el Estado Mexicano y el crimen organizado.

Mejorar como persona puede influir en el ánimo de muchos y esa búsqueda constante por mejorar se convierte en pequeñas luces de esperanza en medio de la inseguridad del México que hoy nos toca rescatar. México al ser un país democrático se ve afectado por esa suma de deseos de superación personal que inician con voluntad. La inseguridad como sabemos la provocan una serie de condiciones que en general tienen que ver con la descomposición del tejido social, para volvernos a vertebrar hay que iniciar como los mexicanos mejor sabemos hacerlo, que es formar familias integrales en las que los valores, el respeto de la ley y la educación, condicionantes que nos hacen únicos como país, vuelvan a resurgir, pero para ello se requiere picar piedra porque el trabajo que realizaron nuestros padres y nuestros abuelos se vino abajo, debido a que nosotros mismos lo permitimos.

Cuándo llego el momento de que cambiamos en nuestras calles militares por policías? Fue todo tan de repente o de plano no estábamos atentos a los indicios de enfermedad social que se avecinaban, donde quedó nuestro país en donde todos los vecinos de la cuadra se conocían? Qué va a ser de nuestros hijos si seguimos fallando? A caso creemos que con armas y guerras se solucionan los problemas, cuando retrocedemos debemos reaccionar y volver a encontrar los ánimos para seguir subiendo la interminable cuesta que es la vida nacional.

No podemos seguir pidiendo a las autoridades que hagan su trabajo porque simplemente el problema real supera la capacidad de respuesta, y es entonces cuando el Estado Mexicano responde con el último frente de batalla y toma la medida de militarizar nuestra vida cotidania, tenemos que tomar la bandera de la acción social, colectiva y organizada para recuperar los espacios perdidos, mejorar como persona significa dar lo mejor de nosotros en momentos en donde las adversidades nos superan.



En Conclusión la militarización del País tiene tantos riesgos por los crímenes de Estado llevados a cabo por el Gobierno en aras de la estabilidad edel Régimen, arriesgando a la institución pública de mayor prestigio como lo son las Fuerzas Armadas, al desgaste y la pérdida de confianza por parte de la ciudadanía.